CONVENTO DE SAN ESTEBAN
1 horaLa Ciudad de Salamanca, reconocida como Patrimonio de la Humanidad desde 1988, alberga un extenso conjunto de recursos turísticos de gran relevancia. Entre ellos, el Convento de San Esteban destaca por su excepcional valor histórico y artístico, convirtiéndose en una visita imprescindible para quienes desean explorar el legado cultural de la ciudad.
Se trata del único convento de frailes que sobrevivió con su uso original a los desastres del s. XIX (Guerra de la Independencia y Exclaustración de 1835). Tiene el valor añadido de ser un monumento emblemático del arte español y de mantener sus usos primitivos: iglesia conventual abierta al culto católico, convento de frailes dominicos y centro de estudios con Facultad de Teología. Es un foco de atracción para teólogos y estudiantes de teología.
A nivel artístico es uno de los monumentos más importantes de Salamanca. Aunque la mayor parte de los espacios abiertos al turismo fueron construidos a lo largo del siglo XVI y parte del XVII, en su interior se conservan espacios relevantes que datan principalmente del siglo XV y que sólo ocasionalmente se abren al público. Sufrió los efectos de la guerra de la independencia y de las desamortizaciones del siglo XIX y a punto estuvo de desaparecer. Afortunadamente se conservó y volvió a ser sede de la comunidad de dominicos que lo había levantado.
San Esteban no es solo un lugar grandioso desde el punto de vista artístico y monumental. Lo hicieron grande las personas que aquí vivieron a lo largo de los siglos. Según la tradición, Colón se alojó en este convento (en realidad en el anterior, destruido para construir éste) cuando vino a Salamanca para defender ante los catedráticos de la Universidad la posibilidad de llegar a las Indias navegando hacia Occidente. Diego de Deza, en ese momento prior del convento, obispo de Salamanca y confesor de la Reina Isabel, se convirtió en su gran valedor. Durante el siglo XVI fue un importante centro de estudios donde se formaron los padres dominicos que fundaron la Primera Escuela de Salamanca, con Francisco de Vitoria y Domingo de Soto a la cabeza.
La iglesia de San Esteban es sede canónica de varias cofradías, lo que convierte a la iglesia en foco de atracción turística y religiosa durante la Semana Santa:
• Hermandad Dominicana del Stmo. Cristo de la Buena Muerte, cofradía que realiza su desfile penitencial en la madrugada del Viernes Santo.
• La Real y Pontificia Archicofradía Sacramental de María Santísima Madre de Dios del Rosario y San Pío V.
Precio visita libre
- Individual - 4.50 €
- Jubilados - 3.50 €
- Grupos (Número mínimo: 21) - 3.50 €
- Niños (Edad máxima: 10) - 0.00 €
- Estudiantes (Menores de 25 años) - 3.50 €
- Mayores 65 - 3.50 €
En el recorrido por el convento se pueden visitar los siguientes espacios:
1.- ESCULTURA DE FRANCISCO DE VITORIA Antes de alcanzar el convento de San Esteban, vemos la escultura que Salamanca dedicó en 1975 a francisco de Vitoria, precursor de los derechos humanos y del Derecho Internacional. Según una antigua tradición, cuando la gota le impedía caminar hasta la universidad, sus alumnos lo llevaban en andas hasta las aulas, impulsados por la admiración y el deseo de seguir aprendiendo de su maestro de teología.
2.- PUENTE SOBRE EL ARROYO DE SANTO DOMINGO Para acceder a la explanada que se abre delante de la iglesia de San Esteban hay que cruzar por el puentecillo que se alza sobre el Arroyo de Santo Domingo. Fue mandado construir por el dominico Domingo de Soto a su regreso del Concilio de Trento. Es un puente de un solo ojo construido con piedra de Villamayor. Resulta fascinante admirar, desde la explanada que antecede a la iglesia, la majestuosidad de su fachada. Los relieves y esculturas platerescos, esculpidos con maestría sobre la piedra de Villamayor, poseen tal finura que muchos dudan de que realmente estén tallados en roca. La belleza de esta fachada es indiscutible en cualquier momento del día, pero alcanza su máximo esplendor a la puesta de sol del verano, cuando la piedra se tiñe de un rojo intenso, ofreciendo un espectáculo inolvidable.
3.- LA FACHADA La fachada fue diseñada por el arquitecto Juan de Álava. En ella se trabajó desde 1524 hasta 1610. Es una de las obras maestras del plateresco español. Se organiza a modo de un gran retablo, dividido en calles y cuerpos. La cobija un enorme arco cuyo intradós se decora con alcachofas y casetones. En las enjutas del arco campean dos grandes escudos del cardenal Álvarez de Toledo, el promotor de la obra. Medallones, relieves y 23 esculturas sobre repisas y bajo doseles, en su mayoría de santos dominicos, cuentan pasajes de la historia bíblica y de la propia historia de la Orden de Predicadores a través de sus santos y mártires.
En el cuerpo inferior, flanqueando la puerta principal, podemos contemplar cuatro imágenes de santos: San Jacinto de Polonia, Santo Domingo de Guzmán, San Francisco de Asís y Santa Catalina de Siena. En los medallones de la puerta se representa a Moisés y a Elías. El segundo cuerpo lo preside el gran relieve que representa el Martirio de San Esteban, firmado por Antonio Ceroni en 1610. Lo flanquean, de izquierda a derecha, Santo Tomás de Aquino, San Andrés, San Juan Evangelista y San Pedro Mártir de Verona. Sobre el relieve de la lapidación tres medallones representa a Job, al rey Salomón y el Sacrificio de Isaac. Un magnífico friso plateresco, considerado uno de los más bellos del plateresco español, separa el cuerpo central del ático. En él aparecen representados personajes y animales mitológicos. En lo alto del ático, un majestuoso Calvario domina la composición. A su lado, flanqueándolo, se encuentran las figuras de San Pedro y San Pablo, mientras que en los extremos se erigen las de los papas Gregorio Magno y León Magno.
4.- PÓRTICO DE ACCESO A LA PORTERIA El pórtico, realizado por Juan de Ribero entre 1590 y 1592, está compuesto por nueve arcos de medio punto que siguen el modelo de las logias renacentistas italianas y contrastan, por su clasicismo, con la exuberante decoración plateresca de la fachada. En los medallones de las enjutas se representan santos de la Orden de Predicadores. El piso alto, situado sobre la portería, que fue la antigua biblioteca, acoge hoy el museo de arte sacro.
- LA PORTERÍA En la bóveda del corredor de la portería cinco lienzos representan a algunos de los personajes más relevantes de la historia del convento: Francisco de Vitoria, Melchor Cano, Diego de Deza, el Cardenal Álvarez de Toledo y Domingo de Soto.
6.- EL CLAUSTRO DE LOS REYES (o DE PROCESIONES) Se construyó sobre el espacio que ocupaba el claustro del siglo XIV del que aún pueden verse varias puertas tapiadas en los muros. Fue realizado por el arquitecto dominico fray Martín de Santiago. Es el claustro principal, denominado "de procesiones" o “de los Reyes”. Tiene dos galerías superpuestas, la baja con veinte ventanales y el alta con cuarenta.
En la planta baja se mezclan elementos góticos y renacentistas. Los arcos, renacentistas de medio punto, están divididos por columnillas a la manera de los claustros góticos. Las bóvedas lucen un complicado sistema de nervios estrellados con claves policromadas. En los cuatro ángulos del claustro hay hornacinas en las que aparecen representadas la Anunciación, la Natividad, la Adoración de los Reyes y la Presentación de Jesús en el templo. Medallones, con bustos y nombres de profetas del Antiguo Testamento, adornan la cara interna de los pilares que sostienen las bóvedas.
Cada una de las puertas que abren al claustro tiene sobre ella la imagen tallada en piedra de los santos más importantes de la Orden. Las dos puertas abiertas en la panda sur dan acceso al Salón de Profundis, uno de los espacios más antiguos del convento, en donde la comunidad oraba por las almas de los difuntos al ir y volver del refectorio. Desde aquí se pasa al Claustro de los Aljibes y la antigua enfermería. Esta parte del convento habitualmente está cerrada al turismo.
En la panda este del claustro sendas puertas dan acceso al Capítulo Antiguo (s. XV) y al Capítulo Nuevo (s. XVII).
• El Capítulo antiguo es una de las dependencias más antiguas del convento. Sirvió de cementerio para los hijos más ilustres de la comunidad, de ahí que albergue los restos de Francisco de Vitoria y Domingo de Soto. En la Sala Capitular Antigua la comunidad de frailes dominicos tomó decisiones que marcaron el curso de la humanidad, como apoyar a Cristóbal Colón o participar en la evangelización de América. Entre sus muros se gestaron los derechos humanos y el derecho internacional. • El Capítulo Nuevo se inauguró en 1667. Fue financiado por fray Íñigo de Brizuela, obispo de Segovia. La portada tiene una hornacina con la figura de San Esteban. Es ya de estilo manierista y de sus muros cuelgan los retaros de los hijos predilectos del convento. Se utiliza en la actualidad como sala de conferencias. • La última puerta de esta galería da acceso a la Escalera de Soto.
En la panda norte del claustro bajo, que linda con la iglesia, se abren cinco pequeñas puertas correspondientes a otros tantos confesionarios. Cada una de las tiene un pequeño para el confesor y una ventana con reja abierta a las capillas del lado de la epístola de la iglesia. Según una antigua tradición, en uno de ellos se confesaba Santa Teresa de Jesús.
7.- LA ESCALERA DE SOTO En el ángulo noreste del claustro se abre la puerta que da acceso a la Escalera de Soto, que comunica el claustro bajo y el alto. Data de 1553 y fue costeada por Domingo de Soto a su regreso del Concilio de Trento. Es una escalera en voladizo, sin soportes que sostengan sus pesados peldaños de granito. La construyó el arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón y fue considerada un alarde de la arquitectura de su tiempo, hasta el punto de que en el s. XVIII fue copiada en algunos de los edificios más importantes del barroco salmantino.
8.- LA SACRISTÍA La sacristía, con acceso desde la caja de la escalera, es obra de los arquitectos Alonso Sardiña y Juan Moreno, iniciada en 1627 y patrocinada por fray Pedro de Herrera Suárez, catedrático de la Universidad de Salamanca, prior del convento y obispo de varias ciudades españolas.
Destacan sus grandes dimensiones y la decoración clasicista a base de pilastras acanaladas. Las grandes cajoneras se embuten en los arcos que se abren en los muros. En varias vitrinas se exhiben ornamentos litúrgicos. Los muros de la cabecera y de los pies semejan arcos de triunfo, con el frontón partido para acoger una hornacina con la imagen de la Virgen, en la cabecera, y de Santo Domingo a los pies, sobre la puerta.. En el muro de la izquierda, dentro de un arcosolio se encuentran la escultura orante del fundador. En el muro frontero un nicho acoge la urna con sus restos.
7.- CAPILLA DE LOS BONAL En la cabecera de esta pequeña capilla, antesala de la iglesia, se encuentra el cenotafio de mármol dedicado a don Fernando Álvarez de Toledo, III Duque de Alba. Fue realizado en 1984 por Fernando Chueca Goitia. Acoge bajo un arco el busto del Gran Duque, copia del que realizara Pompeo Leoni.
8.- LA IGLESIA DE SAN ESTEBAN El promotor de la actual iglesia de San Esteban fue el Cardenal Juan Álvarez de Toledo, hijo del segundo Duque de Alba, que había sido fraile en este convento. La iglesia fue diseñada por el arquitecto Juan de Álava. Su obras comenzaron en 1524 bajo la dirección de dicho arquitecto para, posteriormente, ser continuadas por fray Martín de Santiago, Rodrigo Gil de Hontañón y Juan de Ribero, consagrándose en 1610. Es una iglesia de planta de cruz latina, con nave única de 87 m. de longitud y capillas abiertas entre los contrafuertes. A pesar de las fechas tan tardías en las que fue iniciada su estilo, en líneas generales, es tardo-gótico. La nave presenta bóvedas de crucería muy planas, reflejo de un gótico tardío. Las claves se decoran con rosetones de gusto plateresco. Sobre el crucero se alza el cimborrio realizado por Rodrigo Gil de Hontañón, ya de estilo renacentista. Luce hermosas claves policromadas decoradas con imágenes de santos, destacando la clave central que representa la Coronación de la Virgen. Llaman la atención las grandes dimensiones del presbiterio y del coro situado a los pies y sostenido por un gran arco carpanel.
El presbiterio, elevado sobre el resto de la iglesia, está presidido por el grandioso retablo realizado a finales del s. XVII por José de Churriguera, considerado uno de los retablos más importantes del último barroco español. Se levanta sobre un elevado basamento en el que se abren sendas puertas laterales que dan acceso a la antigua cripta. El cuerpo central está articulado con seis grandes columnas salomónicas de orden gigante, decoradas con pámpanos y hojas de vid, símbolos de la eucaristía. En las calles laterales se abren sendos nichos con las esculturas de Santo Domingo de Guzmán, en el lado de la Epístola, y de San Francisco de Asís, en el del Evangelio. El centro del retablo lo preside el gran expositor del Santísimo Sacramento. El sagrario-tabernáculo semeja un templete, con cúpula y columnas salomónicas. En el centro del ático una gran pintura, realizada por Claudio Coello, representa la Lapidación de San Esteban. Los retablos del crucero están dedicados a Santo Domingo de Guzmán, el del lado del Evangelio, y a Santo Tomás de Aquino el de la Epístola.
En el crucero del evangelio se abre, a modo de arco triunfal, la Capilla del Rosario. Tiene retablo barroco realizado por José de Churriguera, con la imagen de la Virgen de Rosario regalada por el papa Pío V en el siglo XVI. Sobre el el arco una pintura mural de Antonio Villamayor representando la Coronación de la Virgen. En el crucero sur se encuentra la puerta de salida al claustro, dedicada a San José, con delicada decoración de grutescos.
- EL CLAUSTRO ALTO El claustro alto ya es plenamente renacentista, con arcos de medio punto que descansan sobre pilastras y capiteles platerescos, medallones en las enjutas y una sencilla cubierta de madera. En el ángulo noroeste de la galería septentrional sendas puertas dan acceso al coro y a la antigua biblioteca en la que hoy se encuentra el museo.
10.-EL CORO El acceso al coro desde el claustro se realiza a través de una bellísima y original puerta plateresca presidida por el escudo del fray Juan Álvarez de Toledo. Situado a los pies del templo, se levanta sobre tres tramos de bóvedas rebajadas. Lo primero que llama la atención es la espectacular vista de la nave de la iglesia, con el retablo de José de Churriguera presidiendo el altar mayor. La sillería de nogal fue trazada por Alonso Balbás a mediados del siglo XVII. Su ornamentación, ya manierista, se reduce a diseños geométricos. En la silla del prior hay una hornacina con la imagen de Santo Domingo, y sobre ella, un cuadro de la Virgen con el niño copia del original de Rubens que se encuentra en el museo. Un gigantesco fresco, realizado en 1705 por Antonio Palomino, cubre el testero del coro. Representa, en dos planos, a la Iglesia Militante y a la Iglesia Triunfante.
MUSEO DE ARTE SACRO
El museo está instalado en lo que fue lla biblioteca antigua, situada sobre la portería.
• La primera sala está dedicada a la pintura, destacando una Virgen con el niño de Rubens.
• Al entrar en la segunda sala se exponen varias esculturas románicas, talladas en madera, procedentes del Convento de la Peña de Francia.
• El museo exhibe la Biblia que el Papa Luna regaló a San Vicente Ferrer.
• Colección de pequeños óleos pintados sobre cobre.
• Esculturas de marfil procedentes de Filipinas que fueron traídas por los misiones que evangelizaron en esas tierras.
• Manuscritos.
• Dos libros corales del siglo XVI.
• Ornamentos y orfebrería religiosa de los siglos XIII al XVII.
• Imágenes barrocas.
• Varios relicarios.
• También posee obras de orfebrería donadas por reyes y nobles que favorecieron al convento.
• Vestiduras litúrgicas: capas pluviales, casullas y dalmáticas.